Como es bien sabido, el consumo adecuado de vitaminas es indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo, por ello ponemos a tu alcance un compendio de vitaminas para adultos mayores 50 60 70 y 80 años, estas ayudan a envejecer con una mayor calidad de vida, e incluso ayuda a prevenir el surgimiento de las enfermedades más frecuentes personas de la tercera edad.
La población de adultos mayores o población geriátrica va aumentando progresivamente, esto como consecuencia de la mejora de la esperanza de vida. Por ello, para las personas que se encuentran en la tercera edad es indispensable mantener una dieta nutricional adecuada para aumentar su longevidad y mejorar su calidad de vida.
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Dieta para adultos mayores
Antes de entrar al objeto en si del artículo, debemos entender que en términos generales, las vitaminas son parte de nuestra alimentación diaria, por ende una distribución equilibrada de los requerimientos nutricionales, forman la dieta para adultos mayores. Los bajos porcentajes favorecen el riesgo de infecciones, de enfermedades crónicas.
– Proteínas.
El aporte de proteínas en las personas de la tercera edad puede verse comprometido debido a múltiples causas como los trastornos de la masticación, cambios en las apetencias, y alteraciones digestivas. Las recomendaciones geriátricas para adultos sanos mayores de 51 años son de 0,8 g de proteínas/kg por día, que equivale a 63 g/día para los hombres y 50 g/día para las mujeres.
– Grasas.
El adulto mayor necesita un aporte de grasa adecuado como fuente de energía, y también para mejorar la palatabilidad de la dieta. A comparación de la proteínas, las grasas deben aportar un máximo del 35% de la energía de la dieta, con una distribución de <10% de ácidos grasos saturados, ≤ 10% de ácidos grasos poliinsaturados y el resto como ácidos grasos monoinsaturados. El aporte de colesterol no debería sobrepasar los 300 mg/día.
– Carbohidratos.
El consumo o ingesta de carbohidratos debe ser un aproximado de 50-55% del total calórico de la dieta, con la mayoría de carbohidratos complejos y restricción de los simples. Es muy importante recordar que los adultos mayores pueden presentar intolerancia a la lactosa, con molestias digestivas e incluso diarreicas.
– Fibra.
Las dificultades en la masticación, hablando en términos generales, pueden provocar un rechazo hacia las frutas y verduras crudas, y por consiguiente la disminución de la ingesta de fibra. La falta o déficit de fibra puede provocar o agravar algunos de los problemas frecuentes en el adulto mayor como el estreñimiento, el uso de laxantes y la diverticulitis. Por ello, para las personas mayores es importante procurar un aporte adecuado de fibra a partir de frutas, verduras y leguminosas de 15-20 g/día.
– Vitaminas.
Esta parte la desarrollaremos a detalle en el siguiente ítem, entrando ya al tema de vitaminas para adultos mayores.
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Vitaminas para la tercera edad
Las vitaminas para adultos mayores son sustancias imprescindibles para el buen funcionamiento de su organismo. Puesto que el hombre y la mujer a esta edad son o no tienen la capacidad de sintetizarlas, por lo que es necesario este aporte a través de una dieta nutricional sea adecuado y suficiente. En las personas de la tercera edad existen numerosas causas que favorecen la aparición frecuente de déficits vitamínicos, tales como:
- Aporte calórico insuficiente.
- Dietas excesivamente restrictivas en grasas.
- Rechazo de las frutas y verduras.
- Disminución de apetito.
- Mala preparación y conservación de los alimentos.
- Excesivo uso de laxantes.
- Poli medicación.
- Patología aguda y/o crónica.
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Cosumo
En el Perú, a pesar del consumo elevado de pescado y de ser un país en gran parte de su territorio muy soleado, los niveles de estas vitaminas, exclusivamente de la vitamina D son mucho más bajos a comparación de los países del norte como Colombia y Ecuador. Este hecho podría ser debido a una mayor protección de la exposición solar. Todo ello, conjuntamente con la alteración del metabolismo de la vitamina D en los adultos mayores, provoca que los niveles de vitamina D y, en consecuencia, de calcio sean insuficientes para la conservación del hueso y hagan necesaria la valoración de su suplementación.
Los requerimientos de vitamina K pueden están aumentados en los adultos mayores con insuficiencia renal y tratamiento antibiótico o laxante prolongado.
La concentración de vitamina B12 suele estar disminuida debido a la elevada prevalencia de gastritis atrófica en los adultos mayores y a la interacción con fármacos como la cimetidina.
Los requerimientos de vitamina B6 pueden están aumentados debido a una alteración del metabolismo
y además por interacción con algunos fármacos anticonvulsivantes, antidepresivos y antihipertensivos.
La interacción entre fármacos y vitaminas puede aumentar las necesidades de algunas estas,
como en el caso del ácido fólico, vitamina C y ácido acetil salicílico, vitamina A
e hidróxido de aluminio, ácido fólico y bicarbonato, y vitamina A, K, E, D y aceites minerales.
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Suplementos alimenticios para ancianos
Dado que los ancianos son un grupo con riesgo de carencia de macro y de micronutrientes,
es fundamental procurar que su nutrición sea la más adecuada para prevenir la aparición de los déficits clínicos.
Ante una anorexia o ingesta insuficiente es útil, o más bien dicho indispensable,
administrar productos complementarios tales como suplementos alimenticios para ancianos y/o energéticos.
Las complicaciones derivadas de la malnutrición pueden ser evitadas con
la adecuada vigilancia nutricional y suplementación oral.
Por consiguiente y finalizando el presente artículo de vitaminas para adultos mayores,
tanto en los ancianos con riesgo de déficit nutricional como en los que ya presentan alguna complicación,
es imprescindible suplementar por vía oral para conseguir una buena evolución clínica.
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